Hace no muchos años, España era un país que no pintaba casi nada en el panorama internacional. El hecho de que Manolo Santana ganara el torneo de Wimblendon o que Massiel triunfara por Europa con su “La, la, la” era todo un logro pues, habitualmente, éramos los últimos en casi todo y los primeros en casi nada. Afortunadamente, en los últimos años nos hemos ido acostumbrando a ver cómo algunos españoles llegan a alcanzar puestos de relevancia internacional como Javier Solana (ex-secretario general de la OTAN y actual “Mr. PESC”) o Rodrigo Rato (ex-director gerente del FMI). Por otro lado, el deporte español está más de moda que nunca gracias a deportistas como Rafa Nadal, Fernando Torres y Pau Gasol o equipos como las selecciones nacionales de fútbol y baloncesto. ¡Por fin los españoles podemos presumir de algo!
Aunque en muchas áreas como la deportiva nos va cada vez mejor, en temas como la excelencia empresarial y financiera seguimos siendo uno de los peores modelos a imitar. Un ejemplo del cutrerío español más arraigado es el espinoso tema del retraso en el cobro de facturas. En este apartado, podemos “presumir” de ser los subcampeones de Europa (La Vanguardia, 13-05-09). Por cierto, el “campeón” es Grecia. Si Aristóteles levantara la cabeza, volvería a morirse del susto. Pero más asombroso todavía es que las Administraciones Públicas españolas ocupan... ¡El primer lugar de la Unión Europea!, con un plazo de pago que casi duplica a la media de la eurozona.
El documento donde se recoge tan humillante récord, es el "Índice de Riesgo 2009", elaborado por la multinacional sueca Intrum Justitia. Buceando en este texto, podemos encontrar perlas como que el plazo de cobro de las facturas en España asciende a 98 días de media. Frente a esta triste marca, los fineses (será por el frío) tardan un máximo de 30 días.
Ante esta situación se me ocurren dos preguntas: ¿porqué se da este hecho en países como España? y ¿qué podemos hacer para remediarlo?
La primera de las cuestiones tiene difícil respuesta. Yo creo que se trata de un virus sureño, pues los cinco países campeones del escaqueo en el pago de facturas son: Grecia, España, Italia, Portugal y Chipre.
Para contestar la segunda pregunta se admiten todo tipo de opiniones (espero las tuyas en los comentarios). ¿Cuál es la solución? ¿Poner el aire acondicionado a tope, para ver si así nos parecemos más a nuestros vecinos del norte?
Según Luis Salvaterra, director general de Intrum Justitia Ibérica, estas disparidades se deben, entre otras circunstancias, a las diferencias en los marcos legislativos de las naciones analizadas. De este modo, en países como Finlandia o Noruega,, la normativa impone a los morosos el pago automático de intereses y la obligación de hacerse cargo de los gastos de cobro. Por cierto, según la legislación española, los retrasos en el pago de facturas generan los conocidos como intereses de mora y los malos pagadores en el ámbito empresarial tienen que apechugar con los gastos de gestión de impagos. Pero de las suposiciones a los hechos hay un trecho.
En resumen, una de las principales lacras del sistema empresarial español es la demora en el pago de las facturas. Por culpa de esta costumbre tan hispana, muchas empresas pasan por terribles dificultades financieras. Pero lo más triste de esta situación es que un número importante de sociedades tienen que cesar su actividad por no poder hacer frente a sus pagos del día a día debido a que otra compañía o una Administración Pública no le paga lo que le debe. ¿Cuál es la solución más sencilla?. En mi opinión, con hacer cumplir la ley vigente mejoraría bastante la situación. Pero si el Sector público, siendo el encargado de velar por la seguridad jurídica, es el primero que incumple la normativa ¿cómo va a exigir a los demás que la acaten?
Referencias:
- Informe "Índice de riesgo 2009". Intrum Justitia
Foto:
Paperwork by Kozumel, bajo licencia CC, algunos derechos reservados.
0 comentarios:
Publicar un comentario