jueves, 17 de diciembre de 2009

Tele–compra de oro: que no te den gato por liebre


La crisis económica campa a sus anchas por las verdes praderas de la economía, haciendo que los “emprendedores” más avispadillos salgan de sus madrigueras olisqueando el dinero de los más desesperados. Aprovechándose de la situación actual, estos oportunistas del mal ajeno se han puesto manos a la obra creando multitud de compañías especializadas en exprimir a los que peor lo están pasando. Un ejemplo de este tipo de sociedades son las empresas de tele–compra de oro a particulares, que prometen generosos pagos a todos aquellos que les vendan sus viejas alhajas familiares.

La compra de oro “a distancia” se podría calificar como uno de los chollos del siglo. Estos negocios operan de la siguiente manera:

1.- Ponen anuncios en la tele (preferiblemente por la mañana, que es la franja prime time de los parados), ofreciendo un servicio de compra de oro a distancia. En caso de ser necesario, se recuerda sutilmente a los teleespectadores que la Navidad está cerca y, como tienen los bolsillos llenos de telas de araña, van a tener que privarse del clásico cocktail de gambas y los regalos debajo del abeto (a no ser, claro, que alguien les ofrezca una solución).

2.- Una vez tomados los datos del cliente, la compañía manda a su casa un sobre para que el interfecto introduzca sus artículos de valor y los envíe, de forma gratuita, a la empresa compradora.

3.- Al llegar el paquete a su destino, la compañía tasa los objetos recibidos y le ofrece al cliente una “generosa” contrapartida monetaria.

Hasta aquí todos contentos. El televidente se queda más feliz que una perdiz, al haber recibido un dinerillo por las joyas de la abuela. Por su parte, los responsables de empresa de tele–compra no pueden estar más satisfechos, pues han conseguido aumentar sus depósitos de oro, en un contexto de constantes subidas del precio de este metal.

Pero lo que no le han explicado al que ha entregado su pequeño tesoro por un puñado de euros es que, en el País de las Maravillas, hay truco (como casi siempre).

La BBC, empresa de medios seria donde las haya, se ha currado un fenomenal reportaje al que han puesto por título What's the 'true' value of your old gold?[¿Cuál es el “verdadero” valor de tu oro antiguo?].

En este artículo, los chicos de Newsbeat (filial de la BBC) hablan largo y tendido sobre las empresas de tele–compra de oro concluyendo que:

...some of the biggest names in the industry are paying just a fraction of the amount that gold could be worth if it was taken to a jeweller or pawnbroker”

Para los que no dominen la parla de Shakespeare, ofrezco una traducción libre al español:

“algunas de las empresas más importantes del sector están pagando por el oro sólo una pequeña parte de lo que se podría obtener en una joyería o en una casa de empeños”

Para defender esta tesis, los reporteros llevaron un conjunto de pendientes, cadenas y medallones de oro tanto a una joyería como a un distribuidor independiente, con la misión de obtener una valoración profesional. El precio ofrecido a los periodistas fue de 318 y 300 libras respectivamente.

A continuación mandaron las mismas alhajas a una de las mayores empresas de tele–compra de oro a nivel mundial: Cash4Gold.

Los “tasadores” de esta empresa valoraron los objetos enviados en sólo 63 libras. Dado que se puede pedir la devolución del oro enviado (en caso de que no se esté de acuerdo con la tasación) nuestros protagonistas solicitaron que se les reenviaran sus joyas. Para su sorpresa, el “tasador” que les atendía por teléfono les subió la oferta, en ese mismo instante, hasta las 100 libras. En resumen, aun con la segunda tasación, Cash4Gold les estaba ofreciendo la tercera parte de la cantidad que estaban dispuestos a entregarles tanto el joyero como el distribuidor de oro.

La excusa que pone Jeff Aronson (el mandamás de esta compañía) por los bajos precios que ofrecen a sus clientes es que:

some people are willing to accept less for their gold in return for convenience and speed”

lo que traducido al español significa:

“algunas personas están dispuestas a aceptar menos dinero por su oro, a cambio de la comodidad y la rapidez”

Por otro lado, esta lumbrera de la clase empresarial argumenta que: 

"Our customers are not interested in going to a pawnshop or a jewellery store” … "They would be mortified if a friend saw them doing that"

que en la lengua de Cervantes viene a decir:

“Nuestros clientes no están interesados en ir a una casa de empeños o una joyería” ... “Si un amigo les viera haciendo eso, se sentirían terriblemente avergonzados”

En resumidas cuentas, este “empresario modelo” admite que están pagando una miseria por el oro que compran a los particulares. Por otro lado, parece justificar la razón de ser de su negocio haciéndonos ver lo vergonzoso que puede llegar a ser el hecho de que alguien nos vea visitando una joyería o una casa de empeños (qué sabrá la gente si entramos para comprar o para vender).


En mi opinión, estas compañías, se están aprovechando vilmente de los que están pasando por una situación delicada en el terreno financiero, pagándoles una ridiculez por sus bienes. Vamos, que no me imagino a la reina de Inglaterra llamando por teléfono a una de estas empresas para vender su corona por cuatro perras.

Los reporteros de la BBC se tomaron la molestia de repetir la misma operación con la británica CashMyGold (algo así como ConvierteMiOroEnDinero) obteniendo similares resultados:

- Valoración inicial: 60,20 libras (tiene gracia lo de los 20 peniques).
- “Nueva valoración” al pedir que les devolviesen sus joyas: 150 libras.

Este artículo continúa narrando otros casos similares y termina recabando los comentarios de Alonso Ercilla, del “Trading Standards Institute”. Entre las opiniones vertidas por este experto, al que le han contado toda la historia, me gustaría destacar las siguientes: 
  • "Some of the quotes are just shockingly low," [algunas de las valoraciones son sorprendentemente baja s]
  • offering a low price for gold might be irritating but it's not illegal” [(el hecho de) ofrecer un bajo precio por el oro puede resultar enojoso (para mí), pero no es ilegal] 
  • "Customers need to shop around and try to establish the price per gram” [los consumidores tienen que ir a varias tiendas (joyerías) para enterarse del precio (del oro) por gramo]

Moraleja: no te fíes de los anuncios de televisión que te prometen dinero fácil y entérate de lo que valen tus bienes antes de vendérselos a nadie. En otras palabras, no te dejes embaucar por el primero que te ponga un fajo de billetes delante de las narices, no sea que pretenda darte gato por liebre.

Como podemos ver, en este reportaje de la BBC, en el Reino Unido las empresas de tele–compra de oro se están forrando a base de bien. La pregunta que a todos os rondará por la cabeza es: ¿esta situación se está dando en otros países?

Desgraciadamente no puedo comprobarlo personalmente puesto que estoy pasando una temporada en el extranjero, y no he traído conmigo mi baúl de joyas. No obstante, invito a que los lectores de este blog comenten su caso, si es que se han metido en esto de la venta de sus antiguos objetos de oro para sacarse un dinerillo. 

Nota: según el diario digital OroyFinanzas.com, la onza troy (utilizada únicamente en joyería, orfebrería y numismática para pesar metales preciosos) equivale a 31,1034768 gramos. Suponiendo que el oro cotizara en los mercados internacionales a 1.000$, el precio del oro de 24 kilates (el más puro) se situaría en torno a los 32$ por gramo, es decir, unos 22€ al tipo de cambio actual.

Referencias:
- “What's the 'true' value of your old gold?”. BBC, Newsbeat.
- Trading Standards Institute
- Unidades de peso para el oro. Www.oroyfinanzas.com

Fotografías:
- “ring/yüzük”, by Caucas', under CC. license, some rights reserved
- “ouro.22.k” by Wilson Neto, under CC. license, some rights reserved
- “The Crown jewels at The Tower of London”, by Edgley Cesar, under CC. license, some rights reserved
- “Gold Bracelets” by MuseumWales, under CC. license, some rights reserved

sábado, 5 de diciembre de 2009

Panda Security: rectificar es de sabios


Los que visitáis este blog con asiduidad recordaréis que, hace poco más de mes y medio, publiqué una entrada titulada "Panda Security: excelentes productos, nefasta política de comercialización". En este artículo, escrito en clave de humor, analizaba la política de fijación de precios de esta compañía, así como su estrategia de comunicación con sus clientes. En dicho post llegué a la conclusión de que la forma de proceder de Panda en estas áreas estaba dañando tanto a su imagen de marca como a su reputación en Internet.

Según mi opinión personal, el primer error de Panda consistía en vender (en su tienda online) sus productos de seguridad informática a un precio superior al que puede encontrarse en establecimientos tan conocidos como El Corte Inglés o la Fnac.

Por otro lado, su estrategia de envío de e-mails de solicitud de renovación, incumplía la mayoría de las recomendaciones recogidas en cualquier manual básico de Marketing Directo e Interactivo. Uno de los “pecados” más graves de Panda consistía en la emisión de múltiples correos electrónicos, redactados con un estilo apocalíptico, a los usuarios cuyas licencias se encontraban cerca de su fecha de caducidad. En dichas misivas se auguraba el padecimiento de todo tipo de ciber-calamidades a los clientes más remolones. Por otro lado, desde muchos días antes de la fecha de expiración de las licencias, aparecían en la pantalla del usuario continuos y molestos recordatorios, animando a suscribir la renovación del producto instalado.

La segunda parte de esta historia comienza hace unos cuantos días al recibir un email de Carlos Arias, uno de los responsables del Departamento de Comunicación de Panda Security. En dicho correo electrónico, me comentaba que había leído mi post y aprovechaba la ocasión para agradecer mis críticas y sugerencias. Asimismo, me comunicaba que, desde el lunes 2 de noviembre, se había puesto en marcha una "modificación de los precios de los productos en la web para igualarlos con los de la calle, además de ofrecer adicionalmente un descuento sobre las renovaciones".

Como todo economista que se precie, no me creo las promesas comerciales hasta “meter el dedo en la llaga”. Por este motivo, tras leer el párrafo anteriormente citado, me conecté inmediatamente a la tienda online de Panda para ver, con mis propios ojos, los nuevos precios de dos de sus principales productos: el “Panda Internet Security 2010” y el “Panda Antivirus Pro 2010”. No os podéis imaginar cuál fue mi sorpresa cuando constaté que, en efecto, los precios habían sufrido un considerable recorte, acercándose a los que pueden encontrarse en las webs de productos informáticos más populares. Os dejo un par de capturas del site de e-commerce de Panda para que quede constancia:

                                  Fecha de captura: 04/12/2009


                                  Fecha de captura: 04/12/2009

Nota: Como puede verse comparando los screenshots de este post y los que se encuentran en 
el artículo que escribí en octubre, el precio del “Panda Internet Security 2010” ha bajado 
desde 79,95€ a 59,95 y el del “Panda Antivirus Pro 2010” desde 49,95 a 39,95.

En el mismo e-mail también me transmitieron que en Panda han "puesto en marcha un plan para reducir la frecuencia de impacto de los e-mails" y que le estaban dando una vuelta al estilo de redacción de los mismos. La veracidad de estas palabras la comprobaré según me vayan llegando sus correos electrónicos de renovación, al acercarse la fecha de vencimiento de mi suscripción anual.

Este correo electrónico terminaba diciendo que “Para cualquier otra duda o sugerencia, estamos a tu disposición, porque lo que intentamos es obtener el mayor feedback posible de vosotros, nuestros clientes”.

Dice el refranero español que rectificar es de sabios. En este caso, Panda ha demostrado que sabe tanto encajar las opiniones negativas hechas por sus usuarios como ponerse en marcha lo antes posible a la hora de enderezar posibles errores estratégicos.


El matonismo judicial.

Antes de continuar he de confesaros que, al leer el subject del mensaje, pensé que los chicos de Panda me iban a enviar, bufete de abogados mediante, un hermoso regalo de Navidad envuelto en una demanda por difamación, con el objeto de taparme la boca (actividad muy en boga en los tiempos que corren).

Pero nada más lejos de la realidad. Del e-mail recibido destacaría, en primer lugar, el tono de respeto con el que ha sido redactado, dejando de lado la prepotencia que suele caracterizar los mensajes remitidos por las grandes compañías a aquellos con los que discrepan. En segundo lugar, me gustaría felicitar a los trabajadores de Panda en general y a los del Departamento de Comunicación en particular por tomarse con deportividad las críticas que los usuarios hacemos de sus productos informáticos.
 
Tristemente en España (en realidad, en todo el mundo “civilizado”), se ha puesto de moda la interposición de demandas judiciales contra todo aquel que no comulgue con las ideas del demandante. Desde mi punto de vista, ante un caso de discrepancia con las opiniones vertidas en un post o un artículo, ¿no es mucho mejor ponerse en contacto con el autor para aclarar temas?. ¿Por qué las compañías afectadas no hacen uso de su derecho de réplica en el mismo medio donde se ha publicado un comentario que les parece inadecuado? ¿Porqué tantas y tantas empresas confunden la crítica constructiva con la simple difamación?

Casi ningún blogger tiene el suficiente músculo financiero como para enfrentarse a una demanda por difamación. Por este motivo, muchas empresas utilizan con profusión diferentes técnicas de matonismo judicial con el objeto de “acongojar” y, de paso, enmudecer a la mayoría de las voces discrepantes. Lamentablemente, hasta que no se legisle en contra de esta práctica tan deplorable, los pequeños editores están a merced de que el juez de turno tenga a bien declarar la mala fe procesal del demandante. ¿A qué está esperando el poder legislativo para poner coto a los que utilizan el sistema judicial como arma intimidatoria?

Me gustaría finalizar este post compartiendo con todos vosotros una frase que mi bisabuela (que en paz descanse) repetía sin cesar:

"Buen porte y buenos modales abren puertas principales".

Panda ha llamado a mi puerta con educación y cortesía. Por este motivo, saliéndome un poco de la temática de este blog, he considerado justo compartir con todos vosotros las partes más relevantes de su e-mail.

Anexo: Matonismo judicial.

Enrique Dans, profesor del Instituto de Empresa, ha publicado multitud de artículos relacionados con la estrategia conocida como matonismo judicial. Según este reconocido experto,

El llamado “matonismo judicial” consiste en recurrir a la justicia cuando existe una evidente desproporción en las posibilidades de aplicación de ésta en favor de aquel que supuestamente invoca la protección de la misma.

Si quieres conocer más detalles acerca del matonismo judicial, te invito a que visites las páginas web tanto de Enrique Dans como de David Bravo (abogado especialista en propiedad intelectual y derecho informático).

Enlaces y referencias:
- Enrique Dans. Profesor del Instituto de Empresa y experto en Internet y Nuevas Tecnologías.
- Selección de artículos relacionados con el "matonismo judicial", escritos por Enrique Dans    
- David Bravo, abogado especialista en propiedad intelectual y derecho informático.

Fotografías:
- “Giant Panda bear eating apples” by Digital Story, under CC. license, some rights reserved 
- “Judge hand with gavel” by Diane M. Byrne, under CC. license, some rights reserved

martes, 20 de octubre de 2009

Reforma sanitaria en EE.UU.: la corrección de un error histórico


Ayer por la noche estuve viendo John Q., una película que narra la desesperada situación de un padre que no puede afrontar el pago de un costoso trasplante para su hijo enfermo.

Esta producción no destaca por ser una obra de arte y los actores protagonistas (Denzel Wshington, Anne Heche y Robert Duval) no hacen, precisamente, el papel de sus vidas. Por otro lado, en este thriller se dan cita un buen número de los topicazos que tanto gustan a los espectadores estadounidenses: la exaltación del patriota americano (que hace valer sus derechos mediante el uso de las armas), el eterno enfrentamiento racial, el siempre socorrido binomio poli buenopoli malo, etc.

Pero aunque este film no es la octava maravilla, logra transmitir con efectividad la situación de abandono que padecen casi cincuenta millones de norteamericanos, que no cuentan con un seguro médico.

Antes de entrar en materia expondré, a grandes rasgos, los cuatro grandes sistemas de cobertura médica existentes en Estados Unidos:

- MediCare. Es una institución que ofrece cuidados sanitarios a los pensionistas. Algunos servicios son gratuitos y otros se prestan bajo la modalidad de copago.
- Veteran Administration. Otorga a sus beneficiarios (los militares en activo y los veteranos de guerra, así como sus familiares) una de las mejores coberturas médicas que pueden encontrarse en EE.UU. No obstante, ciertos tratamientos (generalmente, los más costosos) están excluidos.
- MedicAid. Es un programa que presta atención sanitaria a los que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. La calidad asistencial de este plan de salud es bastante mediocre.
- Seguros privados. La mayoría de los empleados a tiempo completo (y sus familias) tienen acceso a una cobertura sanitaria privada financiada, total o parcialmente, por las empresas en las que trabajan. Los estadounidenses que no disfrutan de una póliza de empresa o no están incluidos en uno de los tres primeros programas, tienen que abonar íntegramente las cuotas de un seguro privado si desean estar protegidos. Las pólizas privadas ofrecen un amplio abanico de servicios médicos y la calidad de las prestaciones depende, en gran medida, de la cuantía de las cuotas pagada a las compañías aseguradoras.

Aunque resulte paradójico, no son los más pobres los que se encuentran en la peor situación pues, en caso de necesidad, pueden acogerse a la cobertura que ofrece el programa MedicAid. Los que están realmente desprotegidos son aquellos trabajadores que ocupan la parte más baja de la banda salarial: los empleados a tiempo parcial (pues no suelen estar incluidos en las pólizas colectivas contratadas por las compañías donde trabajan) y los propietarios de pequeños negocios (que no tienen ingresos suficientes como para costearse un seguro privado). A los integrantes de estos dos colectivos les resulta casi imposible pagar las cuotas que les exigen las aseguradoras (entre 300 y 500 dólares al mes) y muchos optan por acudir al médico sólo en caso de extrema urgencia.

En estos momentos, la Administración Obama está luchando contra viento y marea (incluso enfrentándose a líderes de su propio partido) para extender la cobertura sanitaria a toda la población. La batalla se vaticina dura pues, en EE.UU., un importante sector de la ciudadanía se encuentra posicionado en contra de la instauración de la sanidad universal. Los dos argumentos que gozan de más predicamento entre estas personas son, por un lado, la cuestión de la financiación y, por otro, el rechazo ancestral a cualquier tipo de injerencia del sector público en actividades distintas de la defensa nacional.

La financiación de la reforma sanitaria

Respecto al asunto de la financiación, cabe decir que es un tema tan espinoso que pocos políticos estadounidenses se atreven a sacarlo a la palestra y, mucho menos, a emitir una opinión personal.

Los que se declaran en contra de la cobertura sanitaria universal argumentan que, dada la actual situación de endeudamiento de las diferentes administraciones norteamericanas, el gobierno ya no tiene margen de maniobra para aumentar el gasto público.

En mi opinión, esta afirmación es más que discutible. Los primeros cálculos estiman que las mejoras derivadas de la reforma sanitaria costarían unos 856.000 millones de dólares, que se inyectarían durante los próximos diez años. Ante tal magnitud monetaria surge una inevitable pregunta: ¿este coste es asumible para un país como los Estados Unidos?

El aumento de la factura sanitaria, en una nación con unos trescientos millones de habitantes, supondría un incremento impositivo inferior a los 280$ al año por persona. Esta cantidad no parece tan elevada cuando el presupuesto militar, sólo para 2010, se sitúa en torno a los 534.000 millones de dólares (casi 1.800$ por norteamericano). Al final todo puede reducirse a una cuestión de prioridades y parece ser que la hegemonía militar de EE.UU. está, una vez más, por encima del bienestar de la ciudadanía.

Por otro lado, la Administración Obama asegura que gran parte de los recursos necesarios para la reforma sanitaria se obtendrían de los ahorros que se producirían al eliminar las numerosas ineficiencias presentes en el actual sistema. En efecto, no es comprensible cómo las cifras del gasto sanitario estadounidense duplican o incluso triplican (según sea el estudio consultado) las de países como España, en los que toda la población tiene acceso a unas prestaciones médicas de calidad media-alta.

Una cuestión de valores ancestrales

El segundo argumento esgrimido por los detractores del establecimiento de la sanidad universal es que, la adopción de esta medida, constituiría un ataque a la base de los valores fundamentales de los EE.UU.

En un país donde uno de los mayores insultos es ser tildado de comunista (o socialista, en su versión más light), muchas personas consideran que los cuidados sanitarios no son más que otro bien de consumo. De este modo, una atención médica de calidad sólo debería recibirla aquel que haya ahorrado una cantidad importante de dinero o haya aportado generosas cuotas a su seguro médico. Por desgracia, todavía son numerosos los que piensan que “tanto tienes, tanto vales”. Para estos estadounidenses, el hecho de extender la cobertura sanitaria a toda la población sería el primer paso de la fundación de los “Estados Comunistas de Norteamérica”.
Según mi criterio, estas personas no podrían estar más equivocadas pues el grado de cobertura sanitaria no es un concepto que guarde una relación directa con una ideología política concreta. De hecho, la asistencia médica universal está implementada tanto en sistemas capitalistas (Francia), como socialistas (Cuba) o semi-dictatoriales (Singapur). De este modo, no creo que la necesaria reforma del sistema sanitario traiga como consecuencia un desmoronamiento de los valores más arraigados en la sociedad estadounidense.

Durante los próximos meses, los congresistas y senadores de los Estados Unidos tendrán la oportunidad de corregir un error histórico tan grave como la marginación de una gran parte de la ciudadanía, que no tiene acceso a unos servicios sanitarios de calidad. Espero que, en esta ocasión, no se dejen influenciar por los lobbies de las industrias farmacéutica y aseguradora y que EE.UU. pase a ser, además de la tierra de las oportunidades, una nación que se enorgullezca por no dejar abandonados a los más necesitados.


Enlaces y referencias:
- John. Q. Sinopsis. La butaca.net
- MediCare 
- Veterans Administration
- MedicAid
- “El Senado de EE.UU. Presenta la primera ley de reforma sanitaria”. Antonio Caño. El País, 17/09/09 
- Estados Unidos. Wikipedia
- 2010 Budget. The US Department of Defense. www.docstock.com
- “Cuatro modelos de Sanidad”. Club Lorem Ipsum
- “Todo lo que puede ir mal, va mal”. Club Lorem Ipsum
- “Crisis sanitaria y crisis económica en EE.UU”. Vicenc Navarro. www.vnavarro.org
- “La sanidad de EE.UU. ante las urnas”. Albert Jovell. El País, 04/11/2008 


Imágenes:
- “Emergency” by Chris.Violette, under CC license, some rights reserved
- “Money” by AMagill, under CC license, some rights reserved
- “Washington DC - Capitol Hill: United States Capitol” by wallyg, under CC license, some rights reserved

martes, 13 de octubre de 2009

Panda Security: excelentes productos, nefasta política de comercialización


Queridos amigos, tengo que comunicaros una mala noticia: ha caducado el servicio de suscripción anual de mi antivirus.

Un amable trabajador de Panda Security me ha enviado un solemne email para transmitirme este luctuoso acontecimiento. Antes de continuar, me gustaría compartir con vosotros unos cuantos pasajes de tan triste misiva.

En primer lugar, sutilmente, me han recordado que “HOY finalizan los servicios de tu solución antivirus. Sí, ya lo sé. Han puesto la palabra “hoy” con mayúsculas, tal vez para recordarme la importancia de este día tan trágico. También han enriquecido este texto poniendo las letras en negrita y utilizando un alarmante color rojo, con el fin de resaltar el dramatismo de tan nefasta fecha.

Más adelante han incluido otras frases plagadas de lindezas como las siguientes:

“Ya que diariamente nos enfrentamos a nuevas amenazas, es vital mantener el producto actualizado en todo momento”

“Un solo día sin protección puede desembocar en infecciones por virus y malware, robo de información, pérdida de datos, además de suponer una amenaza para tus propios conocidos y amigos

Está claro que nunca aprenderé. Desde hace varias semanas aparecía en mi escritorio, cada vez que arrancaba el ordenador, una entrañable ventanita que me recordaba, a modo de cuenta atrás, los días que restaban para que caducara mi suscripción. He de confesar que no hacía mucho caso a tales advertencias. Al mismo tiempo, cada dos o tres días, un empleado de Panda Security, con extraño nombre (decía llamarse “Renewals”), me mandaba un email invitándome a renovar mi servicio de protección antivirus. Pero todos estos mensajes acababan en el fondo de mi papelera de reciclaje.

Aunque ninguna de estas advertencias hizo mella en mi espíritu, este último correo electrónico me llegó directo al corazón. ¡Lo reconozco! Consiguieron acongojarme. Tas releer un par de veces esta desoladora epístola, comenzó a formarse en mi cabeza un torbellino de pensamientos que fustigaban mi alma pecadora. Según Panda, si no renovaba inmediatamente mi suscripción, me convertiría en una posible “amenaza para [mis] propios conocidos y amigos”. ¿Podría llegar a ser tan miserable como para poner en peligro a mis seres más queridos? Angustiado ante la idea de convertirme en la persona más infame de toda la galaxia, procedí a hacer click en el enlace que abría el site de actualización de mi licencia anual.

Al inspeccionar detenidamente la ventana de Firefox donde se mostraba el formulario de renovación, me llevé una desagradable sorpresa. La ampliación anual de mi protección antivirus me costaría, nada más y nada menos, que 79,95€. Os pongo un screenshot de parte de la página de Panda, para que veáis que no estoy delirando (si hacéis click en la imagen podréis verla más grande).




Extrañado por tan elevado precio, me dispuse a buscar otros sitios donde vendieran el Panda Internet Security.

Como buen español, el primer lugar en el que pensé fue en la página web de El Corte Inglés, donde lo mismo te venden un apartamento en la playa que unas zapatillas para andar por casa. Cuál sería mi sorpresa, cuando descubrí que en este exclusivo establecimiento ofertaban el mismo programa a 59,95€ (una vez más pongo una captura para los incrédulos).



Casi me da un pasmo. Como soy una persona desconfiada, proseguí mi búsqueda por Internet entrando en el templo de la gente cool: la FNAC. ¡Lo confieso! Soy socio de la FNAC, pero no creáis que por ello soy un tío guay. Me dí de alta en su club de socios por sus jugosos descuentos.
Navegando por la página web de esta cadena de tiendas se me volvió a poner la piel de gallina al darme cuenta de que, en esta fábrica de cultura sin parangón, también vendían esta suite antivirus por 59,95€.



Dada mi naturaleza incrédula y mi espíritu aventurero, me acerqué a una tienda física de El Corte Inglés y a otra de la FNAC para ver, con mis propios ojos, si el precio al que se vendía este producto era real o fruto de una alucinación internetera. Mis sospechas se confirmaron al ver cómo, en estos establecimientos, los precios marcados en las etiquetas del Internet Security eran los mismos que el que aparecía en sus tiendas virtuales. Panda me había traicionado. 

Derrotado, volví a mi casa pensando en la tremenda felonía perpetrada por los chicos de la compañía del oso chino. ¡Yo era un cliente fiel! ¿Así es como premiaban la fidelidad que les había mostrado durante tantos años? 

Pero no tardé ni cinco minutos en recuperarme de este tremendo disgusto y me dispuse a escribir esta historia, con la esperanza de que alguno de los nueve millones de usuarios que visitan este blog a diario le hiciera llegar este post a la gente de Panda. 

Tras esta pequeña historieta :-) pasemos a hacer unos cuantos números. 

Si me diera por renovar mi protección antivirus en la página de Panda, tendría que desembolsar 79,95€. Si, por el contrario, comprase el mismo producto en El Corte Inglés o la FNAC (con un año de suscripción gratuita a las actualizaciones), me dejaría “solo” 59,95€. La diferencia de precio es de un 33,36%. No sé quién será el responsable del desatino, si el departamento de Producto o el de Marketing, pero en esta empresa de seguridad informática tendrían que empezar a ponerse las pilas. Este no es un caso aislado. Otros programas como el “Antivirus Pro” se venden, en la página de Panda, a 49,95€. Este mismo producto cuesta, tanto en la FNAC como en El Corte Inglés 39,95€.

En mi opinión, esta política de establecimiento de precios no hace sino dañar la imagen de marca de esta compañía, pues crea en el consumidor la idea de que le están engañando. A ver cuándo las empresas se dan cuenta de que queda “muy raro” el hecho de vender un producto propio más caro en la propia en la web de la compañía que en una comercializadora física o virtual (excepto en contadas ocasiones como lanzamientos o promociones). 

Me gustaría terminar este post enviando unas cuantas recomendaciones a los responsables de esta galardonada empresa: 
  • Dejen de considerar a sus clientes como un rebaño de borregos sin criterio. A la mayoría de los consumidores nos gusta comparar precios y calidades antes de adquirir un producto, sobre todo si este ejercicio de comparación exige solamente cuatro o cinco clics de ratón. Por otro lado tengan en cuenta que, debido a la actual crisis económica, tanto las familias como las empresas están poniendo un especial cuidado en sus compras, tratando de reducir sus gastos. Por estos motivos, las compañías que venden productos propios por Internet (como ustedes) deben controlar al máximo la gestión de los precios de sus catálogos, tratando de que estos sean inferiores o similares a los ofertados en las webs de comercio electrónico más conocidas.  
  • Por otro lado, si quieren asegurarse la renovación de una suscripción, la táctica del bombardeo sistemático al cliente con decenas y decenas de mensajes que avisan de la caducidad de los servicios contratados no me parece la más adecuada. En mi caso particular, tengo tres ordenadores con Panda Internet Security instalado y calculo que, en el último mes, habré tenido que cerrar la molesta ventanita de renovación de Panda en más de cincuenta ocasiones. Así mismo, en los últimos quince días, he recibido más de diez emails recordándome que mi suscripción estaba a punto de caducar. ¿Acaso están tratando de vendernos sus soluciones informáticas por puro aburrimiento? ¿No se dan cuenta de que el hecho de recibir tantos y tantos mensajes acaba produciendo aversión hacia sus productos? 
  • Por último, les invito a que abandonen esa costumbre que tienen de adornar sus emails con frases que parecen sacadas de una tragedia griega pues, las estrategias del tipo “mete-miedo” o “que viene el coco”, son cada vez menos efectivas.

En mi humilde opinión, si siguen estos sencillos consejos tendrán a sus clientes más contentos y, lo que es más importante, obtendrán mayores beneficios.

Actualización:
A los pocos días de publicar esta entrada, Carlos Arias (uno de los responsables del Departamento de Comunicación de Panda Security) me envió un e-mail haciéndome una serie de comentarios y puntualizaciones. Si quieres conocer el contenido de este correo electrónico, así como la valoración que hago del mismo, visita este artículo: "Panda Security: rectificar es de sabios"


Enlaces y referencias:
- El Corte Inglés – Vivienda 
- El Corte Inglés – Zapatillas para andar por casa 
- Premios recibidos por Panda Security



viernes, 9 de octubre de 2009

La Baldosa Presumida


Erase una vez una baldosa que vivía en Madrid, capital del Reino de España. Concretamente estaba alojada en la calle de Alcalá, en una de las zonas más selectas de la ciudad.



No creáis que era como uno de esos adoquines grises y feos que suelen encontrarse en las afueras. Por el contrario, nuestra simpática protagonista era una baldosa de categoría: blanca, reluciente y, sobre todo, cara; muy cara. Era tan elegante y presumida, que en la vecindad todos la conocían con el nombre de la Baldosa Presumida.


Cuando llovía, su superficie quedaba limpia y brillante, por lo que su belleza se hacía todavía más evidente. Pero lo mejor de los días tormentosos era que tanto ella como sus vecinas se convertían en unas baldosas muy resbaladizas, lo que daba lugar a que se produjeran divertidos patinazos entre los transeúntes. ¡Qué bien se lo pasaban comentando los trompazos más memorables!



Cada dos por tres, venían unos amables operarios de la compañía del agua o del gas y levantaban la mitad de la acera, llevándose a muchas de sus hermanas a conocer mundo. Como la Baldosa Presumida tenía un espíritu muy aventurero, cada vez que había obras pensaba para sus adentros... -a ver si esta vez me toca a mí y puedo cumplir mi sueño de viajar por toda Europa-. Afortunadamente, un soleado día de septiembre, llegaron unas personas con picos y palas comentando que tenían que instalar una nueva línea telefónica y, esta vez, nuestra amiga fue una de las seleccionadas para dejar su acera de toda la vida. Por fin era libre y podía ir a donde más le apeteciera.


En menos de una semana, la Baldosa Presumida ya había comprado varios billetes de avión para ir a visitar a sus primas de las principales capitales europeas. Mientras que preparaba las maletas, soñaba con las baldosas que se encontraría en lugares como París, Viena o Londres. -Por lo menos deberán ser de mármol, dada la categoría de los lugares donde viven- se decía a sí misma.



Durante meses estuvo recorriendo un montón de ciudades del Viejo Continente, intercambiando impresiones con muchas de las baldosas, ladrillos y adoquines que encontraba en su camino.


Al volver de su largo viaje, la Baldosa Presumida no cabía en sí de gozo. Ella pensaba que sus primas europeas serían mucho más bonitas que las de su acera de toda la vida, ¡pero nada más lejos de la realidad! En casi todos los sitios por los que había pasado, las baldosas no eran más que tristes bloques de un material parecido al hormigón. Además, en la periferia de las grandes ciudades y los barrios residenciales, la mayoría de las aceras estaban recubiertas con capas de cemento.


Tan contenta estaba con su descubrimiento que decidió dedicar el resto de su vida a dar conferencias por toda España, contando las excelencias de la auténtica y genuina baldosa nacional. Fue tal el empeño que puso en su tarea que, al final de sus días, su trabajo se vio recompensado por el mayor de los premios. El mismísimo alcalde de Madrid, le entregó un Gallardón (digo galardón) reconociendo su valiosa labor como embajadora de las aceras españolas.


En la actualidad, la Baldosa Presumida vive retirada en un pueblo serrano, disfrutando de una merecida pensión otorgada por el Ilustre Gremio de Baldoseros y Adoquineros.


Hasta aquí el cuento. La moraleja queda perfectamente resumida en la siguiente viñeta de Forges:



¡No podía ser de otra manera! Los españoles somos los campeones europeos del ladrillo, las baldosas, las losetas y todo lo relacionado con la construcción. Hace unos días estuve en Londres y me dí cuenta de un detalle en el que nunca me había fijado. Mirando al suelo, durante un paseo, me pregunté: ¿dónde están las baldosas? Haciendo memoria caí en la cuenta de que, en España, casi todas las aceras de las grandes ciudades están alicatadas de arriba a abajo. Por contra, en la mayoría de las capitales europeas, los márgenes de las calles suelen estar cubiertos por una capa de cemento la mar de práctica y, sobre todo, barata. En efecto, en sitios como Londres, París o Viena es difícil encontrar aceras con baldosas (al estilo madrileño) fuera del casco histórico o las calles más representativas. Lo de España no tiene parangón.



El colmo de los colmos es que, en núcleos urbanos como Madrid, hay numerosas calles y avenidas pavimentadas con baldosas de colores blanco o crema (véase la foto de la izquierda, tomada en la calle de Almansa). El día que las colocan lucen que es un primor pero, al poco tiempo, adquieren un color de lo más sucio y churretoso.



Pero lo que me parece todavía más increíble es que muchas de las losetas con las que han tapizado ciudades como la capital de España son resbaladizas a más no poder. Es verdad que en la Villa y Corte no llueve todos los días, pero cuando cae un chaparroncillo, muchas calles se convierten en auténticas pistas de patinaje. ¿Alguien podría explicarme las ventajas de las baldosas resbaladizas frente a modelos más adherentes?



Por otro lado, parece que los españoles estamos obsesionados por levantar las aceras y volver a taparlas. Seguro que los visitantes extranjeros piensan que nos encanta ir al trabajo o al cine en plan multiaventura, sorteando socavones. De hecho, hay muchos pueblos y ciudades donde cada dos por tres se cambia el empedrado de las calles, sin ninguna razón aparente. ¿Por qué será? ¿Estarán buscando algún tesoro escondido? Me imagino que algo tendrán que ver todos aquellos constructores magníficamente relacionados con los gobiernos autonómicos y municipales.



En mi caso particular, no tengo nada en contra de que las aceras españolas sean las más bonitas de Europa. No obstante, pienso que una reducción significativa del gasto en partidas como la pavimentación, permitiría destinar más recursos a políticas sanitarias o educativas, por poner un ejemplo.



¿Y tú qué piensas? ¿Por qué muchos de nuestros políticos están tan obsesionados con levantar nuestras aceras cada dos por tres? Espero tus opiniones en la zona de comentarios.



Imágenes:



- La Baldosa Presumida en Madrid. EconoMouse.com, under CC. license.

- La Baldosa Presumida en Londres. EconoMouse.com, under CC. license.

- "Agudeza deductiva". Viñeta de Forges en El Páis, 12-09-2009


- Calle Almansa, Madrid. EconoMouse.com, under CC. license.

martes, 15 de septiembre de 2009

“Recursos Humanos” y otras expresiones desafortunadas


Probablemente Warren Buffett, además de ser una de las personas más ricas del mundo, sea una de las que más artículos e informes empresariales haya leído a lo largo de sus 78 años (y los que le quedan).

Intentando emular a este maestro del análisis fundamental, todas las semanas selecciono una compañía que, por algún motivo, me llame la atención. A continuación reviso su última memoria anual y leo varios artículos y análisis relacionados con la misma.

Una de las partes más interesantes del estudio de los fundamentales de una empresa (y que, en muchas ocasiones, no se tiene en cuenta) es el análisis de su organigrama de consejeros y directivos. Observando estos esquemas, es fácil averiguar cosas que se nos escaparían si nos limitásemos a leer el balance de situación o la memoria anual. Por ejemplo, estudiando la composición del máximo órgano de gobierno de una sociedad, podemos descubrir quién controla realmente la empresa, independientemente de su estructura accionarial.

Tras haber analizado un buen número de organigramas empresariales he caído en la cuenta de que, en casi todas las sociedades, siguen cometiendo el error de utilizar expresiones del tipo: “Dirección de Recursos Humanos”, “Área de Recursos Humanos” o “Responsable de Recursos Humanos”. Esta forma de referirse a una de las partes más importantes de las compañías es, en mi opinión, totalmente contrario a las nuevas corrientes de gestión empresarial. ¿Acaso en alguna empresa tienen un Director de Recursos Animales o Responsable de Recursos Materiales?

Con estas afirmaciones no sólo estoy sugiriendo un cambio de nomenclatura, sino un cambio de mentalidad. Estoy convencido de que todavía hay directivos que piensan que estamos en tiempos del Imperio Romano, donde la mayor parte del trabajo la realizaban los esclavos. En aquella época sí tenía sentido hablar de recursos humanos o recursos animales: que llega la época de recolección de la cosecha y se necesitan más recursos. ¡No pasa nada! Traemos 20 bueyes y 300 esclavos más y problema resuelto.

Hace unos días leí en el suplemento Negocios del diario El País una entrevista a Patricia Mir, Directora de personas y valores del Grupo Intercom. En la misma, podemos encontrar frases tan inteligentes como la siguiente:

..."es importante cuidar el lenguaje y llamar a las cosas por su nombre. Dado que somos seres humanos y no recursos, no creemos en la nomenclatura “dirección de recursos humanos”. Además, cuando tratas a las personas como recursos acaban haciendo solamente aquello por lo que han sido contratadas, sin aportar valor añadido".

De la lectura de este excelente artículo, se puede concluir que, para que una empresa sea altamente productiva, debe proporcionar un entorno laboral con las siguientes características:

- Ausencia de control férreo del trabajador. Las personas no van ser más productivas o trabajar de forma más eficiente por el simple hecho de tener a un policía detrás. Por ejemplo, en un ambiente tan controlado como un aula de colegio, podemos encontrar alumnos que se esfuerzan por aprender mientras que otros se dedican a hacer caricaturas. En resumen, la existencia de mecanismos de vigilancia de los trabajadores no asegura un trabajo bien hecho.

- Flexibilidad. Debemos desterrar de nuestro sistema empresarial el modelo presentista. Como en el ejemplo anterior, tener el culo pegado al asiento y los codos encima del pupitre no garantiza que un alumno esté aprovechando bien el tiempo. De este modo, siempre que sea posible, se debe dar al empleado la capacidad de elegir dónde desea realizar su trabajo, con el objeto de aumentar su productividad.

- Un ambiente sano y agradable, ofreciendo al trabajador todo aquello que necesite para realizar su actividad de la forma más competitiva.

No obstante, para conseguir que estas medidas laborales sean efectivas, es imprescindible que la empresa cuente con personas con el siguiente perfil:

- Responsable y maduro. La responsabilidad personal y la madurez de los trabajadores son factores fundamentales para conseguir niveles elevados de productividad. Un empleado debe saber que sus actos tienen consecuencias. De este modo, se le premiará por sus aciertos y se le pedirán explicaciones por sus errores.

- Proactivo. Al mismo tiempo, se debe dar libertad a las personas para que trabajen de forma proactiva, es decir, tomando decisiones sin esperar a que alguien venga a decirle lo que tiene que hacer. No os imagináis la cantidad de oportunidades de negocio que pierden las empresas por culpa de la cuadratura mental (todo se tiene que hacer como dice el manual y, si no está en el manual, no se puede hacer). Todavía me acuerdo de una entrada que leí hace tiempo en en la página web http://www.ungatonipon.com/, en la que se narraba una situación totalmente surrealista por la que tuvo que pasar una chica que quería hacer algo tan simple como abrirse una cuenta bancaria en Japón.

Evidentemente, si las empresas fallan en los procesos de selección (o no se los toman en serio) y terminan contratando personas irresponsables, inmaduras y poco proactivas, no pueden pretender estar entre las compañías más productivas.

Para terminar me gustaría resaltar una frase de Patricia Mir, incluida en la entrevista antes citada, que resume perfectamente la idea que pretendo transmitir:

“No queremos esclavos, sino gente responsable y libre”

Enlaces y referencias:

- Warren Buffett. Wikipedia
- Análisis Fundamental. Wikipedia
- “No queremos esclavos, sino gente responsable”. Entrevista a Patricia Mir en el suplemento de Negocios de El País, 06/09/2009
- Signs of an Healty Work Environment, www.medi-smart.com, vía www.twitter.com/enladiana
- La cuadratura mental de los japoneses, www.ungatonipon.com

Imagen:

- “I DRINK YOUR MILKSHAKE”, by Dave Makes, under CC. license, some rights reserved

viernes, 11 de septiembre de 2009

Mejora de la competitividad: factores determinantes


El Informe de Competitividad Global es un documento elaborado anualmente por el Foro Económico Mundial. En él se analizan diversos aspectos relacionados con la competitividad y la prosperidad económica de un gran número de países. Dentro de esta publicación se incluye el Índice de Competitividad Global, que no es más que una clasificación en la que se ordenan los países analizados, según su grado de competitividad.



Hace unos días salió a la luz el Informe de Competitividad Global del periodo 2009–2010. Tras leer por encima este estudio, me puse a pensar acerca de los factores determinantes para alcanzar un alto grado de competitividad. En concreto, he estado reflexionando sobre las similitudes y diferencias que presentan los diez primeros países de la lista, que son: Suiza, EE.UU, Singapur, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Japón, Canadá y Holanda.



- Respecto a su localización geográfica, seis se encuentran en Europa, dos en América del Norte y dos en Asia. Podemos ver cómo el continente europeo gana por goleada.



- Si examinamos la forma de gobierno de estas economías, podremos observar que seis son repúblicas (de las cuales tres son federaciones) y cuatro son monarquías parlamentarias o constitucionales.


- Analizando la calidad del sistema educativo, podemos ver cómo estas diez naciones presentan altos niveles de educación y formación entre sus habitantes. Año tras año, estos países se sitúan en las primeras posiciones en los informes de evaluación de sistemas educativos a nivel mundial. Así mismo, en todas estas economías el porcentaje de inversión en I+D es superior al de la media de la OCDE.


- Por otro lado, estas naciones no ocupan las primeras posiciones a nivel mundial en abundancia de recursos naturales. Solamente EE.UU. y Canadá, por su tamaño, tienen un patrimonio natural considerable. Por otro lado, Finlandia y Suecia poseen importantes recursos madereros y notables reservas de hidrocarburos.



- Todos estos países tienen un alto grado de desarrollo en materia de transportes y comunicaciones.


- Respecto a la demografía y la densidad de población, vemos que unos tienen muchos habitantes (EE.UU. o Japón) y otros pocos (Suiza o Finlandia). Del mismo modo, en unos hay mucha densidad de población (Singapur) y en otros muy poca (Finlandia).


- Estas naciones tienen sistemas sanitarios muy diferentes. En algunos de los países analizados, la cobertura sanitaria es prácticamente universal y gratuita (Suecia o Dinamarca) y en otros es casi completamente privada (EE.UU o Suiza).



- Por último, estos países tienen muy desarrollados sectores como el bancario, las nuevas tecnologías, la electrónica o las telecomunicaciones y sus en sus industrias se fabrican productos de alto valor añadido.



Hasta aquí hemos visto que para que una economía ocupe las primeras posiciones dentro del Índice de Competitividad Global, factores como el sistema de gobierno, la abundancia de recursos naturales, el número de habitantes, la densidad de población o el modelo sanitario no parecen ser determinantes.


Por contra, elementos como el nivel educativo, el grado de desarrollo del transporte y las comunicaciones, la inversión en I+D, el nivel de productividad en la industria, la fuerza del sector servicios (sobre todo el financiero) y la localización geográfica son decisivos a la hora de lograr altos niveles de competitividad a nivel mundial. Excepto la localización geográfica, que no se puede cambiar, todos los demás factores se pueden incentivar o mejorar con políticas económicas, educativas y de mercado.


Con este breve análisis no pretendo dar con la fórmula mágica del aumento de la competitividad. Pero tras este pequeño estudio se puede concluir que, si se quiere, se pueden mejorar los niveles de competitividad.



España ocupa la posición 33 en el Índice de Competitividad Global 2009-2010 y ha retrocedido cuatro posiciones respecto al periodo 2008-2009. En otras palabras, la economía española está perdiendo competitividad con respecto a otras naciones.


¿Qué podríamos hacer para escalar posiciones en esta clasificación? En mi opinión, mejorando el sistema educativo y fomentando la inversión en I+D en el sector privado, conseguiríamos importantes avances en competitividad. Pero, si queremos conseguir una mejora sostenible en el tiempo, lo que se necesita es un compromiso tanto por parte de la clase política como de la ciudadanía, para dejar de ser el país de la cultura del pelotazo y pasar a ser una sociedad donde el esfuerzo y la dedicación se valoren tanto social como económicamente. Parece mentira que, en España, cualquiera que vaya a la tele a contar que se ha cepillado a un famosetese se lleve un buen fajo de billetes y que un investigador tenga que andar mendigando becas durante años para poder desarrollar su valiosa labor.


Enlaces y referencias:



- Informe de Competitividad Global 2009-2010 [english]


- Foro Económico Mundial


- Índice de Competitividad Global. Wikipedia


- OCDE. Wikipedia



Fotos:



- Global Competitiveness Report 2008-2009” by World Economic Forum, under CC. license, some rights reserved


- “World Economic Forum Annual Meeting Davos 2003” by World Economic Forum, under CC. license, some rights reserved http://www.flickr.com/photos/worldeconomicforum/350215199/


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