jueves, 17 de diciembre de 2009

Tele–compra de oro: que no te den gato por liebre


La crisis económica campa a sus anchas por las verdes praderas de la economía, haciendo que los “emprendedores” más avispadillos salgan de sus madrigueras olisqueando el dinero de los más desesperados. Aprovechándose de la situación actual, estos oportunistas del mal ajeno se han puesto manos a la obra creando multitud de compañías especializadas en exprimir a los que peor lo están pasando. Un ejemplo de este tipo de sociedades son las empresas de tele–compra de oro a particulares, que prometen generosos pagos a todos aquellos que les vendan sus viejas alhajas familiares.

La compra de oro “a distancia” se podría calificar como uno de los chollos del siglo. Estos negocios operan de la siguiente manera:

1.- Ponen anuncios en la tele (preferiblemente por la mañana, que es la franja prime time de los parados), ofreciendo un servicio de compra de oro a distancia. En caso de ser necesario, se recuerda sutilmente a los teleespectadores que la Navidad está cerca y, como tienen los bolsillos llenos de telas de araña, van a tener que privarse del clásico cocktail de gambas y los regalos debajo del abeto (a no ser, claro, que alguien les ofrezca una solución).

2.- Una vez tomados los datos del cliente, la compañía manda a su casa un sobre para que el interfecto introduzca sus artículos de valor y los envíe, de forma gratuita, a la empresa compradora.

3.- Al llegar el paquete a su destino, la compañía tasa los objetos recibidos y le ofrece al cliente una “generosa” contrapartida monetaria.

Hasta aquí todos contentos. El televidente se queda más feliz que una perdiz, al haber recibido un dinerillo por las joyas de la abuela. Por su parte, los responsables de empresa de tele–compra no pueden estar más satisfechos, pues han conseguido aumentar sus depósitos de oro, en un contexto de constantes subidas del precio de este metal.

Pero lo que no le han explicado al que ha entregado su pequeño tesoro por un puñado de euros es que, en el País de las Maravillas, hay truco (como casi siempre).

La BBC, empresa de medios seria donde las haya, se ha currado un fenomenal reportaje al que han puesto por título What's the 'true' value of your old gold?[¿Cuál es el “verdadero” valor de tu oro antiguo?].

En este artículo, los chicos de Newsbeat (filial de la BBC) hablan largo y tendido sobre las empresas de tele–compra de oro concluyendo que:

...some of the biggest names in the industry are paying just a fraction of the amount that gold could be worth if it was taken to a jeweller or pawnbroker”

Para los que no dominen la parla de Shakespeare, ofrezco una traducción libre al español:

“algunas de las empresas más importantes del sector están pagando por el oro sólo una pequeña parte de lo que se podría obtener en una joyería o en una casa de empeños”

Para defender esta tesis, los reporteros llevaron un conjunto de pendientes, cadenas y medallones de oro tanto a una joyería como a un distribuidor independiente, con la misión de obtener una valoración profesional. El precio ofrecido a los periodistas fue de 318 y 300 libras respectivamente.

A continuación mandaron las mismas alhajas a una de las mayores empresas de tele–compra de oro a nivel mundial: Cash4Gold.

Los “tasadores” de esta empresa valoraron los objetos enviados en sólo 63 libras. Dado que se puede pedir la devolución del oro enviado (en caso de que no se esté de acuerdo con la tasación) nuestros protagonistas solicitaron que se les reenviaran sus joyas. Para su sorpresa, el “tasador” que les atendía por teléfono les subió la oferta, en ese mismo instante, hasta las 100 libras. En resumen, aun con la segunda tasación, Cash4Gold les estaba ofreciendo la tercera parte de la cantidad que estaban dispuestos a entregarles tanto el joyero como el distribuidor de oro.

La excusa que pone Jeff Aronson (el mandamás de esta compañía) por los bajos precios que ofrecen a sus clientes es que:

some people are willing to accept less for their gold in return for convenience and speed”

lo que traducido al español significa:

“algunas personas están dispuestas a aceptar menos dinero por su oro, a cambio de la comodidad y la rapidez”

Por otro lado, esta lumbrera de la clase empresarial argumenta que: 

"Our customers are not interested in going to a pawnshop or a jewellery store” … "They would be mortified if a friend saw them doing that"

que en la lengua de Cervantes viene a decir:

“Nuestros clientes no están interesados en ir a una casa de empeños o una joyería” ... “Si un amigo les viera haciendo eso, se sentirían terriblemente avergonzados”

En resumidas cuentas, este “empresario modelo” admite que están pagando una miseria por el oro que compran a los particulares. Por otro lado, parece justificar la razón de ser de su negocio haciéndonos ver lo vergonzoso que puede llegar a ser el hecho de que alguien nos vea visitando una joyería o una casa de empeños (qué sabrá la gente si entramos para comprar o para vender).


En mi opinión, estas compañías, se están aprovechando vilmente de los que están pasando por una situación delicada en el terreno financiero, pagándoles una ridiculez por sus bienes. Vamos, que no me imagino a la reina de Inglaterra llamando por teléfono a una de estas empresas para vender su corona por cuatro perras.

Los reporteros de la BBC se tomaron la molestia de repetir la misma operación con la británica CashMyGold (algo así como ConvierteMiOroEnDinero) obteniendo similares resultados:

- Valoración inicial: 60,20 libras (tiene gracia lo de los 20 peniques).
- “Nueva valoración” al pedir que les devolviesen sus joyas: 150 libras.

Este artículo continúa narrando otros casos similares y termina recabando los comentarios de Alonso Ercilla, del “Trading Standards Institute”. Entre las opiniones vertidas por este experto, al que le han contado toda la historia, me gustaría destacar las siguientes: 
  • "Some of the quotes are just shockingly low," [algunas de las valoraciones son sorprendentemente baja s]
  • offering a low price for gold might be irritating but it's not illegal” [(el hecho de) ofrecer un bajo precio por el oro puede resultar enojoso (para mí), pero no es ilegal] 
  • "Customers need to shop around and try to establish the price per gram” [los consumidores tienen que ir a varias tiendas (joyerías) para enterarse del precio (del oro) por gramo]

Moraleja: no te fíes de los anuncios de televisión que te prometen dinero fácil y entérate de lo que valen tus bienes antes de vendérselos a nadie. En otras palabras, no te dejes embaucar por el primero que te ponga un fajo de billetes delante de las narices, no sea que pretenda darte gato por liebre.

Como podemos ver, en este reportaje de la BBC, en el Reino Unido las empresas de tele–compra de oro se están forrando a base de bien. La pregunta que a todos os rondará por la cabeza es: ¿esta situación se está dando en otros países?

Desgraciadamente no puedo comprobarlo personalmente puesto que estoy pasando una temporada en el extranjero, y no he traído conmigo mi baúl de joyas. No obstante, invito a que los lectores de este blog comenten su caso, si es que se han metido en esto de la venta de sus antiguos objetos de oro para sacarse un dinerillo. 

Nota: según el diario digital OroyFinanzas.com, la onza troy (utilizada únicamente en joyería, orfebrería y numismática para pesar metales preciosos) equivale a 31,1034768 gramos. Suponiendo que el oro cotizara en los mercados internacionales a 1.000$, el precio del oro de 24 kilates (el más puro) se situaría en torno a los 32$ por gramo, es decir, unos 22€ al tipo de cambio actual.

Referencias:
- “What's the 'true' value of your old gold?”. BBC, Newsbeat.
- Trading Standards Institute
- Unidades de peso para el oro. Www.oroyfinanzas.com

Fotografías:
- “ring/yüzük”, by Caucas', under CC. license, some rights reserved
- “ouro.22.k” by Wilson Neto, under CC. license, some rights reserved
- “The Crown jewels at The Tower of London”, by Edgley Cesar, under CC. license, some rights reserved
- “Gold Bracelets” by MuseumWales, under CC. license, some rights reserved

sábado, 5 de diciembre de 2009

Panda Security: rectificar es de sabios


Los que visitáis este blog con asiduidad recordaréis que, hace poco más de mes y medio, publiqué una entrada titulada "Panda Security: excelentes productos, nefasta política de comercialización". En este artículo, escrito en clave de humor, analizaba la política de fijación de precios de esta compañía, así como su estrategia de comunicación con sus clientes. En dicho post llegué a la conclusión de que la forma de proceder de Panda en estas áreas estaba dañando tanto a su imagen de marca como a su reputación en Internet.

Según mi opinión personal, el primer error de Panda consistía en vender (en su tienda online) sus productos de seguridad informática a un precio superior al que puede encontrarse en establecimientos tan conocidos como El Corte Inglés o la Fnac.

Por otro lado, su estrategia de envío de e-mails de solicitud de renovación, incumplía la mayoría de las recomendaciones recogidas en cualquier manual básico de Marketing Directo e Interactivo. Uno de los “pecados” más graves de Panda consistía en la emisión de múltiples correos electrónicos, redactados con un estilo apocalíptico, a los usuarios cuyas licencias se encontraban cerca de su fecha de caducidad. En dichas misivas se auguraba el padecimiento de todo tipo de ciber-calamidades a los clientes más remolones. Por otro lado, desde muchos días antes de la fecha de expiración de las licencias, aparecían en la pantalla del usuario continuos y molestos recordatorios, animando a suscribir la renovación del producto instalado.

La segunda parte de esta historia comienza hace unos cuantos días al recibir un email de Carlos Arias, uno de los responsables del Departamento de Comunicación de Panda Security. En dicho correo electrónico, me comentaba que había leído mi post y aprovechaba la ocasión para agradecer mis críticas y sugerencias. Asimismo, me comunicaba que, desde el lunes 2 de noviembre, se había puesto en marcha una "modificación de los precios de los productos en la web para igualarlos con los de la calle, además de ofrecer adicionalmente un descuento sobre las renovaciones".

Como todo economista que se precie, no me creo las promesas comerciales hasta “meter el dedo en la llaga”. Por este motivo, tras leer el párrafo anteriormente citado, me conecté inmediatamente a la tienda online de Panda para ver, con mis propios ojos, los nuevos precios de dos de sus principales productos: el “Panda Internet Security 2010” y el “Panda Antivirus Pro 2010”. No os podéis imaginar cuál fue mi sorpresa cuando constaté que, en efecto, los precios habían sufrido un considerable recorte, acercándose a los que pueden encontrarse en las webs de productos informáticos más populares. Os dejo un par de capturas del site de e-commerce de Panda para que quede constancia:

                                  Fecha de captura: 04/12/2009


                                  Fecha de captura: 04/12/2009

Nota: Como puede verse comparando los screenshots de este post y los que se encuentran en 
el artículo que escribí en octubre, el precio del “Panda Internet Security 2010” ha bajado 
desde 79,95€ a 59,95 y el del “Panda Antivirus Pro 2010” desde 49,95 a 39,95.

En el mismo e-mail también me transmitieron que en Panda han "puesto en marcha un plan para reducir la frecuencia de impacto de los e-mails" y que le estaban dando una vuelta al estilo de redacción de los mismos. La veracidad de estas palabras la comprobaré según me vayan llegando sus correos electrónicos de renovación, al acercarse la fecha de vencimiento de mi suscripción anual.

Este correo electrónico terminaba diciendo que “Para cualquier otra duda o sugerencia, estamos a tu disposición, porque lo que intentamos es obtener el mayor feedback posible de vosotros, nuestros clientes”.

Dice el refranero español que rectificar es de sabios. En este caso, Panda ha demostrado que sabe tanto encajar las opiniones negativas hechas por sus usuarios como ponerse en marcha lo antes posible a la hora de enderezar posibles errores estratégicos.


El matonismo judicial.

Antes de continuar he de confesaros que, al leer el subject del mensaje, pensé que los chicos de Panda me iban a enviar, bufete de abogados mediante, un hermoso regalo de Navidad envuelto en una demanda por difamación, con el objeto de taparme la boca (actividad muy en boga en los tiempos que corren).

Pero nada más lejos de la realidad. Del e-mail recibido destacaría, en primer lugar, el tono de respeto con el que ha sido redactado, dejando de lado la prepotencia que suele caracterizar los mensajes remitidos por las grandes compañías a aquellos con los que discrepan. En segundo lugar, me gustaría felicitar a los trabajadores de Panda en general y a los del Departamento de Comunicación en particular por tomarse con deportividad las críticas que los usuarios hacemos de sus productos informáticos.
 
Tristemente en España (en realidad, en todo el mundo “civilizado”), se ha puesto de moda la interposición de demandas judiciales contra todo aquel que no comulgue con las ideas del demandante. Desde mi punto de vista, ante un caso de discrepancia con las opiniones vertidas en un post o un artículo, ¿no es mucho mejor ponerse en contacto con el autor para aclarar temas?. ¿Por qué las compañías afectadas no hacen uso de su derecho de réplica en el mismo medio donde se ha publicado un comentario que les parece inadecuado? ¿Porqué tantas y tantas empresas confunden la crítica constructiva con la simple difamación?

Casi ningún blogger tiene el suficiente músculo financiero como para enfrentarse a una demanda por difamación. Por este motivo, muchas empresas utilizan con profusión diferentes técnicas de matonismo judicial con el objeto de “acongojar” y, de paso, enmudecer a la mayoría de las voces discrepantes. Lamentablemente, hasta que no se legisle en contra de esta práctica tan deplorable, los pequeños editores están a merced de que el juez de turno tenga a bien declarar la mala fe procesal del demandante. ¿A qué está esperando el poder legislativo para poner coto a los que utilizan el sistema judicial como arma intimidatoria?

Me gustaría finalizar este post compartiendo con todos vosotros una frase que mi bisabuela (que en paz descanse) repetía sin cesar:

"Buen porte y buenos modales abren puertas principales".

Panda ha llamado a mi puerta con educación y cortesía. Por este motivo, saliéndome un poco de la temática de este blog, he considerado justo compartir con todos vosotros las partes más relevantes de su e-mail.

Anexo: Matonismo judicial.

Enrique Dans, profesor del Instituto de Empresa, ha publicado multitud de artículos relacionados con la estrategia conocida como matonismo judicial. Según este reconocido experto,

El llamado “matonismo judicial” consiste en recurrir a la justicia cuando existe una evidente desproporción en las posibilidades de aplicación de ésta en favor de aquel que supuestamente invoca la protección de la misma.

Si quieres conocer más detalles acerca del matonismo judicial, te invito a que visites las páginas web tanto de Enrique Dans como de David Bravo (abogado especialista en propiedad intelectual y derecho informático).

Enlaces y referencias:
- Enrique Dans. Profesor del Instituto de Empresa y experto en Internet y Nuevas Tecnologías.
- Selección de artículos relacionados con el "matonismo judicial", escritos por Enrique Dans    
- David Bravo, abogado especialista en propiedad intelectual y derecho informático.

Fotografías:
- “Giant Panda bear eating apples” by Digital Story, under CC. license, some rights reserved 
- “Judge hand with gavel” by Diane M. Byrne, under CC. license, some rights reserved

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